miércoles, 17 de noviembre de 2010

20000 (Nano día 17)

¡He llegado a las 20.000 palabras! ¡Wooot! Lo malo es que... debería de llevar casi 30.000 T-T. Llevo cinco días sin escribir una palabra, casi 10.000 palabras de retraso justo cuando el jueves pasado conseguí ponerme al día. El Salón del Manga ha sido mortal. Me lo he pasado como una enana, he disfrutado incluso más que en el de Barcelona... pero claro, cuando volvía por la noche a casa, cenaba algo ligero y me iba derechita a dormir. Encima se me ha juntado con un absurdo, pero absorbente, trabajo que tengo que exponer este viernes (encima en grupo, con el tiempo que quita tener que reunirse con la gente >.<).
Pero no voy a quejarme más (sobre todo porque lo del Salón me lo he buscado yo solita, jeje), ¡hoy vuelvo a la carga! Me he dado cuenta de que si en el dead or write voy poniendo trocitos de 500 palabras en lugar de las 1600 o las que sean que tengo que escribir ese día me va mejor. Eso y ponerle una cuenta atrás. No sé por qué, ver los numeritos que se van acabando hacen que una escriba más rápido.
En cualquier caso, se me ha ocurrido algo para un pequeño hueco en blanco que tenía en mi libreta que, encima, es la siguiente parte, o más bien mini-parte, de la historia. En mi libreta pone: y se van de aventuras, hacen una quest. La idea era que ganaran algo de dinero, pero esta idea me gusta más :P Y ahora un trocito de lo que he vomitado hoy (porq ue se que hoy, especialmente, hay muuuuuuuuuchos fallos), porque parecían monos y adorables y que iban a tener una relación perfecta, pero nada en esta vida es perfecto.
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- No van a venir y lo sabes. Si supieran que estamos aquí habrían llegado hace días.

- Eso no puedes saberlo, puede haberles pasado algo que les esté impidiendo venir.

- Sabes que no es cierto. Es imposible que estén por esta zona si aún están vivos. - El muchacho se arrepintió de sus últimas palabras en el mismo momento en que las pronunció. A él mismo le había dolido el corazón al pensar en la posibilidad de que algo malo les hubiera pasado a esa gente a la que tanto aprecio había cogido en tan poco tiempo. No quería ni pensar en como debería de sentirse Lyan, que había crecido junto a ellos. Sus ojos se lo dijeron todo sin palabras. Ni siquiera pudo contestarle, se levantó y comenzó a andar hacia las escaleras. Dane lo detuvo cuando pasó a su lado.

- Lo siento, lo siento, Lyan. Es solo que no puedo seguir aquí encerrado, sin hacer nada, sabiendo lo poco probable que es que el resto sepa que estamos aquí. - Todos los músculos de chico estaban tensos bajo su mano y se negaba a dejarle ver su rostro. - Tenemos que considerar otras posibilidades.

- ¿Cómo que el hombre que para mi es como un padre esté muerto? - Sus palabras salieron con un sollozo y en ese momento entendió que Lyan estaba llorando. Se levantó y, sin soltarle la mano en ningún momento, lo llevó escaleras arriba hasta la habitación que compartían. Una vez que las puertas cerradas los protegían de la indiscreción del resto de la gente, lo estrechó entre sus brazos, dejando que llorara en su hombro todo lo que quisiera.

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