miércoles, 17 de noviembre de 2010

20000 (Nano día 17)

¡He llegado a las 20.000 palabras! ¡Wooot! Lo malo es que... debería de llevar casi 30.000 T-T. Llevo cinco días sin escribir una palabra, casi 10.000 palabras de retraso justo cuando el jueves pasado conseguí ponerme al día. El Salón del Manga ha sido mortal. Me lo he pasado como una enana, he disfrutado incluso más que en el de Barcelona... pero claro, cuando volvía por la noche a casa, cenaba algo ligero y me iba derechita a dormir. Encima se me ha juntado con un absurdo, pero absorbente, trabajo que tengo que exponer este viernes (encima en grupo, con el tiempo que quita tener que reunirse con la gente >.<).
Pero no voy a quejarme más (sobre todo porque lo del Salón me lo he buscado yo solita, jeje), ¡hoy vuelvo a la carga! Me he dado cuenta de que si en el dead or write voy poniendo trocitos de 500 palabras en lugar de las 1600 o las que sean que tengo que escribir ese día me va mejor. Eso y ponerle una cuenta atrás. No sé por qué, ver los numeritos que se van acabando hacen que una escriba más rápido.
En cualquier caso, se me ha ocurrido algo para un pequeño hueco en blanco que tenía en mi libreta que, encima, es la siguiente parte, o más bien mini-parte, de la historia. En mi libreta pone: y se van de aventuras, hacen una quest. La idea era que ganaran algo de dinero, pero esta idea me gusta más :P Y ahora un trocito de lo que he vomitado hoy (porq ue se que hoy, especialmente, hay muuuuuuuuuchos fallos), porque parecían monos y adorables y que iban a tener una relación perfecta, pero nada en esta vida es perfecto.
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- No van a venir y lo sabes. Si supieran que estamos aquí habrían llegado hace días.

- Eso no puedes saberlo, puede haberles pasado algo que les esté impidiendo venir.

- Sabes que no es cierto. Es imposible que estén por esta zona si aún están vivos. - El muchacho se arrepintió de sus últimas palabras en el mismo momento en que las pronunció. A él mismo le había dolido el corazón al pensar en la posibilidad de que algo malo les hubiera pasado a esa gente a la que tanto aprecio había cogido en tan poco tiempo. No quería ni pensar en como debería de sentirse Lyan, que había crecido junto a ellos. Sus ojos se lo dijeron todo sin palabras. Ni siquiera pudo contestarle, se levantó y comenzó a andar hacia las escaleras. Dane lo detuvo cuando pasó a su lado.

- Lo siento, lo siento, Lyan. Es solo que no puedo seguir aquí encerrado, sin hacer nada, sabiendo lo poco probable que es que el resto sepa que estamos aquí. - Todos los músculos de chico estaban tensos bajo su mano y se negaba a dejarle ver su rostro. - Tenemos que considerar otras posibilidades.

- ¿Cómo que el hombre que para mi es como un padre esté muerto? - Sus palabras salieron con un sollozo y en ese momento entendió que Lyan estaba llorando. Se levantó y, sin soltarle la mano en ningún momento, lo llevó escaleras arriba hasta la habitación que compartían. Una vez que las puertas cerradas los protegían de la indiscreción del resto de la gente, lo estrechó entre sus brazos, dejando que llorara en su hombro todo lo que quisiera.

jueves, 11 de noviembre de 2010

I got two weeked (Nano día 11)

¡Pero por fin consigo levantar cabeza! La segunda semana está siendo horrible, terrible (y el fin de semana va a ser peor, porque no se ni siquiera si voy a poder escribir), pero al menos a día de hoy voy 500 palabras por delante de lo estimado ^-^.
Estoy agotadísima sólo de haber estado escribiendo toda la tarde, porque hoy solo he tenido tres horas de clase y encima son clases que me gustan. Según word, hoy he escrito 4.200 palabras (mas o menos). Creo que es lo más largo que he escrito seguido en toda mi vida, ni es mi época buena en la que me escribía 2000 y pico palabras en una tarde he llegado a escribir tanto.
Estoy tan cansada que no tengo ni ganas de seleccionar trozo para hoy. En resumen, se ha liado parda, el grupo se ha dispersado y Lyan y Dane se han dado su primer beso *-*, vive l'amour! Pobrecitos, que disfruten mientras puedan, que no saben la que se les viene encima.

Que no llego >.< (Nano día 10)

Voy unas 2000 palabras atrasada, que técnicamente no es mucho y se puede recuperar... pero después de este fin de semana me temo que van a ser muchas más. Este fin de semana es el salón del manga de Murcia y voy a ir viernes, sábado y domingo. Además, el viernes me quedo seguro a dormir en casa de una amiga (y a hacer maratón de Star Wars ^-^), el sábado no lo sé, pero tampoco estoy segura de las fuerzas que me van a quedar para escribir después de estar todo el día para arriba y para abajo y el domingo igual. Si no escribiera ni una palabra se añadirían a mi atraso 4800 palabras -_-U. Mañana, que salgo de clase a las 4 (^o^) intentaré hacer un esfuerzo y al menos intentar recuperar las palabras que "debo".
En cuanto a la novela en si, por fin empieza a encaminarse. Un par de ataques sorpresa más y llegaremos a donde todo se pone interesante de verdad y donde empiezan a aparecer personajes que estoy deseando ver. Solo voy a decir tres nombres (que, por supuesto, nadie conoce pero a mi me da igual): Enda, (super-amigo de Lyan) y la Errante. Y eso sin contar con mi grupo de amazonas/mujeres guerreras. Ains, si es que son todos más bonicos (hasta Padraig y eso que es un tipo horrible y le daría un sartenazo si me lo encontrara).
Por cierto, me estoy dando cuenta de que todos los trocitos que voy poniendo son Dane/Lyan xD juro que en la novela pasan más cosas y hay acción (de la de espadas, no de la otra) y todo.
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- Pero, ¿por qué te ha hecho esto a ti? Tú no has matado a nadie. - Ni Dane creía que fuera capaz de hacerlo. Esos ojos, esas manos, eran demasiado puros como para poder hacer algo así, ni siquiera por necesidad.

- Tú y yo estamos conectados, te lo dije cuando nos conocimos. - Esta vez su sonrisa era más amplia y más sincera, aunque en sus ojos aún podía ver lo que aquella experiencia le había hecho. - Si tu alma es feliz, la mía también. Si tu alma sufre, la mía sufre contigo.

- No me parece un trato justo. - Sobre todo porque Dane había pasado muchos años sin ser feliz y ya casi podía decir que no recordaba como serlo. Lo último que quería el muchacho era arrastrar al chico a su pozo de infelicidad.

- No te preocupes, también funciona al revés. Así que si yo estoy triste no te quedará más remedio que estarlo conmigo. - Ambos sonrieron. Quizá el sistema no estaba tan mal después de todo. Dane se puso en pie como pudo, sin poder evitar seguir temblando, aunque hubiera conseguido apartar un poco las oscuras sensaciones que le había dejado la experiencia vivida. Con una mano temblorosa, ayudó a Lyan a ponerse en pie y juntos emprendieron el camino de vuelta al campamento. Caminaron en silencio, escuchando el canto de los pájaros que aprovechaban las últimas horas de sol para volver a sus nidos y dejando que la luz anaranjada que les rodeaba les inundase. Dejando que la presencia del otro, tan cerca, les calentase el corazón.

martes, 9 de noviembre de 2010

Write or die (Nano día 8)

Ayer escribí, pero tan poco y tan mal que no tenía ni ganas de subirlo al blog. Lo que más me fastidia es que rompí durante tres aburridísimos párrafos la regla de oro "show, don't tell", algo así como "enseña, no cuentes". El único consuelo que me queda es que en la revisión esos tres aburrido párrafos se convertirán en tres escenas algo más amenas.
En cuanto a hoy, después de un día horrible de estar encerrada en la universidad de 9 de la mañana a 9 de la noche (y mañana más) me he dicho, ¡voy a escribir! Y no solo voy a escribir, sino que VOY a ESCRIBIR de una vez. Ya tengo mi combinación perfecta, jeje. Una tableta de chocolate en mi mesilla y el magnífico programa "write or die". Como me cuesta horrores escribir una palabras detrás de otra, he pensado que una recompensa a muy corto plazo sería una buena idea. Una onza de chocolate por cada 500 palabras escritas. No solo es una buenísima recompensa, sino que además a la vez repongo azúcar para que mi cerebro siga funcionando. El resultado: 2526 palabras en 123 minutos ^-^. Ahora mismo no se cuantas palabras llevo en total, porque la página de Nano se niega a funcionar, pero espero haber compensado por lo que no escribí este fin de semana.

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Una vez hubo calentado, se dedicó a hacer movimientos sencillos con la espada. En su cabeza estaban claros, pero su cuerpo aún tenía que aprenderlos, tenía que llegar a ser capaz de mover la espada sin pensar, como si fuera una parte más de su cuerpo. Quizá así la próxima vez que se encontrasen con un grupo de bandidos no lograran envenenarle. El recuerdo de la batalla hizo que empezara a golpear cada vez con más furia al aire. Se había sentido tan impotente, no había podido hacer nada. Si no hubiera sido por aquel golpe de adrenalina puede que ni siquiera hubiera llegado a tiempo de salvar a Lyan. Con ese pensamiento en mente arremetió con todas sus fuerzas al aire, solo para notar como algo paraba su espada y lo lanzaba de espaldas al suelo. Una enorme figura se alzaba imponente sobre él.

- Lo único que conseguirás así será tener que pasar unos cuantos días más en cama.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Recuperando fuerzas (Nano día 6)

Fin de capítulo 3. 8,111 palabras. ¡Qué empiece la acción de una vez! Estar en mi casa tiene un efecto negativo sobre mi productividad general. No se si será el tener a mi gata por aqui, que me pega el gandulismo, jeje. Pero bueno, por los foros de Nano se dice que siempre se puede recuperar escribiendo cantidades masivas los últimos días. De repente eso tiene sentido. Estos 3 primeros capítulos son como una introducción, hay cosas que explicar, lo personajes tienen que conocerse... pero no pasa nada realmente interesante. Sin embargo, ahora es cuando empieza la acción (tras un pequeño salto temporal en el que Dane podrá hablar el idioma de Éan a nivel usuario y él, Lyan y Emmet se habrán vuelto inseparables) y, claro, pienso que eso darán más ganas de escribir, de seguir adelante y de llegar hasta el final.
Resumen, tengo la esperanza de que conforme avance la novela sea más fácil escribir 1.600 palabras del tirón.
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Dane suspiró. Estaba claro que le habían metido en una historia complicada. Lo que más le fastidiaba era que, incluso en ese punto en el que apenas conocía al muchacho, le era imposible mirar para otro lado. Le pasó el brazo por los hombros y le obligó a apoyar la cabeza en su hombro. Permanecieron así, en silencio, durante lo que parecieron horas. Entonces Dane notó que Lyan estaba empezando a dar pequeñas cabezadas y decidió que un poco de sueño le vendría bien a ambos.

- Ven, vamos a dormir, mañana nos espera otro largo día. – Le dijo mientras recolocaba las mantas. Con un gesto le indicó que podía dormir con él. Con el indicio de una hermosa sonrisa, el moreno se tendió a su lado. A su favor tenía que decir que no hizo ningún intento de invadir su espacio personal, simplemente se quedó echado a su lado, compartiendo las mantas como dos buenos amigos. Antes de cerrar los ojos le dedicó una sonrisa completa.

- Dane es buena persona, yo se.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Nano ate my soul (Nano día 5)

He estado un poco resfriaducha. Encima estoy algo baja de moral y me cuesta horrores ponerme a escribir, lo que solo hace que me baje la moral aún más. Ayer que es cuando me encontraba peor no escribí ni una palabra y hoy me he hecho unas 500. Necesito una tacita de chocolate caliente con churros urgente.
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Cuando por fin anocheció, Dane ni siquiera consiguió cenar con el resto del grupo. En cuanto hubieron montado las tiendas preguntó cual era la suya y apenas tuvo tiempo de entrar en ella antes de caer rendido al suelo. Su día a día no era exactamente tranquilo, pero el primer día de viaje había conseguido agotarlo física y mentalmente. Junto a la hoguera, Lyan sonreía satisfecho.
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Hoy no he escrito dos frases medio decentes, pero ahora mismo me siento igual de agotada que mi querido Dane.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ij lir Riwanon (Nano día 3)

¡He creado un idioma! O empezado a, al menos. Siempre había querido crear un idioma y no se como no se me ocurrió con tiempo para crear al menos unas bases antes de empezar a escribir. En fin, tendré que hacerlo sobre la marcha. Mi idea es que sea un idioma lo más sencillo posible, así que voy a mezclar un poco características de varios idiomas reales (por ejemplo, los verbos no se conjugan como en sueco o en japonés ^-^). Voy ahora mismo a buscar alguna programa de bases terminológicas para ir creándome un diccionario.

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Tras haber cogido cada uno su parte de los fardos se sentaron a comer. Le pareció curiosa la distribución, aunque no se atrevió a hacer ninguna pregunta. Hasta ahora el pelirrojo le había contado por iniciativa propia todo lo que consideraba importante, y quizá aquello no era de su incumbencia. Lyan y Emmet se sentaron uno a cada lado de él, muy juntos, mientras que en frente de él estaban sentados dos de los hombres que los acompañaban. Los otros dos se habían alejado de ellos tanto como habían podido.

- Ij lir Donja. – Le dijo despacio el hombre que estaba sentado justo enfrente de él. Era un hombre enorme, de músculos poderosos, que inspiraba miedo y respeto a la vez sólo con una mirada. Estaba claro que estaba hablándole a Dane, así que este miró inmediatamente a Emmet para saber que le había dicho. Sin embargo, antes de que este pudiera abrir la boca Lyan lo detuvo.

- Tu aprender idioma. – Le dijo el joven con una sonrisa. Entonces se señaló a si mismo y, a continuación, señaló al hombre. – Ij lir Lyan. In lir Donja.

- Ij lir Dane. – Dijo algo titubeante, aunque la frase era tan básica que era poco probable que hubiese pillado mal el significado. Por el rabillo del ojo vio a Lyan sonriendo.

- Ahora más, hablar solo idioma Éan. Dane aprender rápido. – Aquella sonrisa le estaba empezando a parecer un poco sádica. Una cosa era aprender a decir cual era su nombre y otra muy distinta que le hablaran solo en un idioma del que no conocía ni una palabra.

martes, 2 de noviembre de 2010

¡Sexo, drogas y Rock & Roll! (Nano día 2)

Bueno, porque en este ordenador aún no tengo instalado spotify, así que no ha habido rock & roll... ni sexo propiamente dicho... ni drogas, drogas... bueno, que ya he hecho mis palabras de hoy para el Nanowrimo. Me encanta esta escena y se nota que la he revisado miles de veces en mi mente, porque ha salido toda del tirón. Cuenta de palabras a día de hoy: 4.985, ¡oh, yeah! Empiezo a pensar que quizá pueda conseguirlo, lo malo va a ser cuando llegue a las partes que no tengo tan claras.

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De repente todas las voces se silenciaron y en el lugar al que todos habían estado mirando aparecieron una serie de figuras vestidas de negro que jamás había visto antes. Llevaban ropa demasiado gruesa para el clima del lugar, por lo que era bastante obvio que venían de un lugar mucho más al norte. Eran cuatro hombres adultos de rasgos duros y marcas extrañas pintadas en la cara y, entre ellos, lo que parecía ser un muchachito unos pocos años menor que él, cuyo rostro estaba tapado por un velo igual de negro que sus ropajes. No entendía nada y, ahora sí, estaba más asustado de lo que jamás había estado en su vida.

Los cuatro hombres pararon a unos pasos de donde estaba, pero la figura velada se acercó hasta él. Dane percibió un extraño aroma, que no logró identificar antes de que dejara de importarle. Una mano del color más blanco que jamás había visto salió de entre los pliegues de su túnica y le tocó la cara. Fue la caricia más tierna y suave que había recibido desde que era un niño. Uno de los hombres preguntó algo en un idioma que no conocía a lo que el muchacho contestó una palabra corta, pero dicha de manera que parecía una pequeña canción. Estaba hipnotizado, por eso no le extrañó lo más mínimo cuando, retirando su velo sólo lo suficiente para dejar a la vista sus labios, se acercó más a él y le besó. Su lengua saboreó lentamente sus labios despertando en él sensaciones con las que jamás había soñado. Entonces introdujo en su boca una especie de zumo fabricado con frutas que nunca antes había probado.

Se sentía flotando en una nube en la que solo existían ellos dos. El viento se volvía de muchos colores, algunos de los cuales no conocía, y no hubiera podido hablar aunque hubiese querido. Entre una extraña neblina vio como el muchacho se sentaba a horcajadas encima de él. “Qué extraño”, pensó, puesto que era lo único que podía hacer, “debe de ser ligero como una pluma, porque no siento nada”. Su cara velada estaba vuelta hacía él y podía jurar que sentía sus ojos clavándose en él en una mirada intensa de la que no podía escapar. Ahora incluso podía verlos a través del tupido velo, unos ojos que reflejaban el verde de los árboles en la profundidad de un bosque. Cada vez más esos ojos parecían ahondar en su interior, examinando cada rincón de su ser y llegando incluso hasta lo más profundo de su alma. Durante lo que pareció una eternidad sólo podía ver esos ojos verdes y el bosque reflejado en ellos. De pronto esos ojos se cerraron y todo terminó.

lunes, 1 de noviembre de 2010

November, sweet November (Nano Día 1)

Noviembre, ¡el mes del Nanowrimo! xD
Llevaba ya dos años queriendo hacer este reto (para quien no sepa que es, básicamente consiste en escribir durante el mes de noviembre una novela de, al menos, 50.000 palabras. Para más información: http://www.nanowrimo.org/es) y por fin me he decidido a hacerlo. Va a ser, como mínimo complicado poder ganar, porque noviembre es un mes "terrible": acabo de volver cansadísima de Salón del Manga de Barcelona (¡yay!), en dos semanas es el Salón del Manga de Murcia (¡doble yay!) y mi grupo tiene que hacer una exposición para finales de mes para traducción económica (no yay), y eso sin contar con el ritmo habitual de la universidad.
En cualquier caso, acabo de terminar mis palabras de hoy. En teoría, si se escriben todos los días 1.600 y pico palabras se puede llegar al objetivo, pero se que, por ejemplo, el fin de semana de salón no voy a poder escribir nada, así que me había propuesto hacer esta semana 2.000 palabras cada día. Hoy he hecho 1.804, no está mal, pero tampoco está bien. Espero que conforme vaya cogiendo ritmo me sea más fácil escribir. He pensado ir poniendo pedacitos pequeños de lo que vaya haciendo cada día, así también me animo a escribir (y le doy uso al blog, que lo tengo abandonado), así que aquí dejo el principio de mi historia que solo tiene un nombre de trabajo, Las Tribus:


El joven Lyan no podía parar de andar de una pared a otra de la pequeña habitación. Los restos del fuego del hogar iluminaban levemente la que era la estancia principal de aquella casa. El muchacho paraba cada poco tiempo frente a la ventana y, mientras jugaba nerviosamente con sus cabellos oscuros, suspiraba. Cada vez el cielo estaba menos oscuro en el este y con la claridad de este aumentaban los nervios del joven. Cuando el primero de los rayos de sol tocó las montañas en la lejanía, se dejó caer derrotado al suelo. Sin embargo, no pensaba llorar, en ningún momento iba a demostrar su debilidad y su miedo al pueblo. A su pueblo. La puerta se abrió dejando pasar a un hombre alto y musculoso de cabellos tan oscuros como los de Lyan y a otro pelirrojo algo más bajito, pero igualmente fuerte.

- ¿Cómo estás, hijo? – Preguntó el hombre más alto. Lyan no hizo siquiera el esfuerzo de fingir una sonrisa. ¿Cómo iba a estar si esa misma mañana su vida iba a quedar arruinada para siempre? Intentó ponerse en pie, pero las piernas le temblaban tanto que acabó cayendo al suelo. Ambos hombres corrieron a ayudarle.

- Lyan, nosotros siempre vamos a estar a tu lado. No dejaremos que nada te suceda. – Le aseguró el pelirrojo mientras acariciaba sus cabellos en un intento de calmarlo.

- No, Emmet. Si los dioses deciden que... - Las palabras se negaban a salir de su garganta. Respiró hondo. – No somos quienes para decidir que es lo mejor para nuestro pueblo. Si los dioses quieren a ese monstruo como rey de Éan, me casaré con él y haré todo lo que esté en mis manos… - Su voz quedó enterrada bajo el fuerte abrazo de su padre, por cuyas mejillas descendían dos torrentes de lágrimas. De pronto empezó a sonar fuera el sonido de un cuerno, al que poco a poco se le fueron uniendo más.

- Los dioses son sabios, Enda. – Dijo Emmet con la voz más calmada que pudo salir de sus labios. Acariciando suavemente el brazo del hombre hizo que soltara a Lyan. Con ambas manos en los hombros del joven, le miró directamente a sus ojos verdes. - Estoy convencido de que no te dejarán en manos de Padraig.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Adictos a la escritura: Creación de personaje 2

No me puedo creer que esté posteando mientras hago la comida a estas horas de la mañana -_- en fin, la vida del estudiante. ¡Vamos a cosas más divertidas!
Blue. Alguien intentó advertirme de que sería un personaje difícil, pero como siempre yo dije "no, que va"... hasta que me tocó escribir y me di cuenta de que no tenía ni idea de que escribir con ella. Pensaba escribir sobre cuando Blue conoce a Black, pero esa escena tenía e invitaba mucho al dramatismo y estoy cansada de que todas las historias que he visto sobre transexuales sean dramones. Yo quería algo más feliz, alguna escena de la vida cotidiana. El problema con esto era que claro, si en un relato no ocurre nada es bastante complicado de escribir. Así que al final he optado por una especie de opción intermedia. Hay un diminuto toque de drama y, aunque los personajes no están en una situación típica de la vida cotidiana de cualquier persona, si que hay alguna muestra de cotidianidad. Sin más, os dejo con el relato, ¡espero que os guste y poder leer pronto (mañana) los vuestros!

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ORO AZUL

La luz se apagó de repente y, aunque no podía verle la cara, Blue sabía perfectamente que Black estaba pensando que no debía de haberse dejado llevar por las circunstancias tan fácilmente. Ella fingía estar tranquila por su bien, pero no podía evitar sentir el cosquilleo del miedo en su estómago. Era cierto que no era la primera vez que se quedaba atrapada en un sitio en el que se suponía que no debía de estar, pero siempre había estado con Bio. Quedarse encerrada con una ex-espía profesional le daba cierta seguridad que no podía darle un chico de su misma edad, por muy guapo y amigo suyo que fuera.

- ¿Ahora qué hacemos? – Le preguntó Black intentando inútilmente disimular su miedo.

- Esperar instrucciones, enseguida vendrán a recogernos. – Le contestó mientras sacaba su móvil. Les habían dejado el trabajo a ellos, pero sabía que si le mandaba un mensaje de socorro a Bio, su amiga estaría preparada para ir corriendo a rescatarlos.

- Tienes mucha confianza en esa chica de pelo lila. – Dijo el chico distraídamente mientras se sentaba en el suelo, aunque no pudo evitar que su voz sonara algo tensa. ¿Qué era eso? A Blue le había parecido escuchar algo en su voz que en cualquier otra circunstancia habría identificado rápidamente como celos. Sin embargo, sabía que tenía que ser muy tonta para creer que un chico como Black pudiera estar celoso por ella. Los chicos guapos y simpáticos no se enamoraban de las chicas transexuales y eso ya lo había aprendido por las malas.

- No sería la primera vez que me saca de una situación así. – Contestó como si no hubiera escuchado nada raro, sentándose a su lado con cuidado de que no se le subiera la falda. Le encantaba llevarla, pero aún no la tenía del todo dominada y tenía que andarse con cuidado. “Espero que Bio llegue prontó”, pensó. No sabía por qué, pero, de repente, se sentía incómoda estando a solas con él. Estaba segura de que Black ya se había arrepentido de haber venido con ella. Parecía una misión sencilla, pero ahora estaban encerrados en un instituto por un corte eléctrico que nadie podía haber previsto. ¿A quién se le habría ocurrido fabricar un edificio con puertas y ventanas que solo se abrían con electricidad?

La razón por la que estaban en un instituto futurista en mitad de la noche era sencilla. Bio trabajaba como camarera para Gold, amiga y salvadora de ambas. Extraoficialmente también se encargaba de pequeños trabajos al margen del bar. Eran cosas sencillas y no demasiado ilegales, al menos las que Blue conocía, que eran en las que le dejaban participar. Solo se trataba de cosas como encontrar a algún perro perdido o, en este caso, recuperar unos libros robados.

Un pobre chico les había pedido que recuperaran sus libros del instituto, que algún idiota de su clase había robado simplemente porque le había parecido divertido. Aparentemente nadie iba a mover un dedo por él, así que Blue no había tenido muchas opciones. Tenía que ayudarle, a ella también le hubiera gustado que alguien le hubiera tendido una mano mucho antes. El caso es que Black estaba presente y, por alguna razón, insistió en acompañarla. Apenas se habían conocido dos semanas atrás, pero en unos pocos días eran ya amigos inseparables.

- Eh, ¿estás bien? – Le preguntó preocupada. Era raro que Black estuviera tanto tiempo sin abrir la boca.

- S… sí, ¿por qué preguntas?

- Es que estás temblando, ¿tienes frío?

- Un poco. – Sabía que era mentira, a menos que el chico fuera extremadamente friolero y ella no se hubiera dado cuenta antes. Aún así, sin pensárselo dos veces, se acercó más a él y le abrazó. Los abrazos estaban permitidos, ¿verdad? Era su amigo y era lo mínimo que podía hacer por él. Sintió como el cuerpo del chico se tensaba ante el repentino contacto, pero también como rápidamente se relajaba entre sus brazos. Black le devolvió el abrazo y apoyó su cabeza en el hombro de Blue.

- ¿Mejor así? – Le preguntó con una voz tan tierna como si le estuviera hablando a un gatito pequeño.

- No sabes cuanto, princesa. - La chica no pudo evitar sonrojarse. El mismo día que se conocieron le contó que, en realidad, era una chica. Desde entonces, a la más mínima oportunidad le soltaba algún piropo de ese estilo, pero aún no había conseguido acostumbrarse. Al principio incluso le enfadaba que le dijera esas cosas, aunque no le quedó más remedio que aprender a disfrutar de ello. Black no iba a dejar de decirle “preciosa” o “princesa” por nada del mundo. El repentino sonido del móvil los sacó a ambos de ese momento de tranquilidad, aunque no por ello rompieron su abrazo.

- Bio viene ya, dice que vayamos a la puerta trasera. – Le informó, intentando que no notase en su voz la decepción que sentía. Esperaba poder pasar sólo un ratito más así con él. Aún así, los dos siguieron sin moverse.

- Mmm… ¿cuánto crees que tardará? – Preguntó Black mientras miraba el techo pensativo.

- Por lo menos la media hora andando que hay desde el bar, quizá un poco más. - Respondió, dejando claro en el tono de su voz que le encantaría que fuera un poco más. Sabía que Black estaba pensando en algo y ella no iba a ser quien lo detuviera.

- Está bien, creo que tengo tiempo. – Su voz parecía tener tintes de derrota, pero sonreía casi triunfante. Blue no tenía ni idea de que podía estar pasándole por la cabeza. Lentamente, casi como si le doliera, se separó de ella para rebuscar a ciegas en su mochila. No parecía encontrar lo que fuera que estuviera buscando y cada vez se estaba poniendo más nervioso. A Blue le pareció encantador como intentaba parecer calmado cuando estaba claro que cada vez estaba más inquieto. Sonriendo, se acercó para iluminarle el contenido de la mochila con su móvil. El chico se volvió para agradecérselo con una sonrisa antes de volver a su tarea.

- ¡Ajá, aquí estás, maldito bastardo! ¡Nadie puede esconderse de mí! – Una de las cosas que Blue adoraba de Black era que siempre conseguía hacerle reír, incluso en situaciones como aquella. Sin embargo, la mirada del joven cambió de un momento a otro, poniéndose mucho más serio de lo que nunca lo había visto. Durante un segundo intentó mirarla a los ojos, pero al final desvió su vista a la luna que les iluminaba a través de las ventanas.

- Toma, esto es para ti. – Le dijo mientras le tendía un pequeño paquete. En el poco tiempo que se conocían, a Blue le había quedado claro que a Black le gustaba hacer regalos porque sí. La misma ropa que llevaba puesta había sido un regalo suyo apenas un par de días después de conocerse. Abrió con cuidado el envoltorio para revelar un precioso pasador azul en forma de mariposa. Sintió como se le encogía el corazón y las palabras se negaban a abandonar sus labios.

- No digas nada. – Dijo cuando abrió la boca para intentar darle las gracias. – Una dama como tú se merecería un anillo de diamantes, pero pensé que esto te gustaría más.

- ¡Claro que sí, tonto! ¿Quién querría unos absurdos diamantes?

- Sh. – Volvió a callarle mientras miraba la pared con el ceño fruncido. Después de unos segundos de concentración relajó sus músculos y suspiró. – Ves, ya no me acuerdo por donde iba.

- ¿Me estás dando un discurso? – Le preguntó la chica con una sonrisa burlona.

- Para, esto es importante y quería hacerlo bien, por eso... - Empezó a farfullar.

- Venga, Black. Somos amigos, ¿no? Si tienes que decirme algo, dilo sin más. – Aún así, el chico se quedó mirando el vacío mientras Blue se ponía cada vez más nerviosa. ¿Qué era eso tan importante que tenía que decirle y por qué no se lo decía ya? Lentamente, Black se levantó… para mirar la luna a través de las ventanas. – Black, yo no quiero meterte prisa ni nada, pero me estás poniendo de los nervios.

- Jeje, perdona. – Finalmente se volvió con la sonrisa más hermosa y sincera que jamás había visto en su vida. – Te quiero.

- Menuda novedad. – Respondió rápidamente Blue, intentando quitarle dramatismo a la situación. Por un segundo su corazón había dejado de latir, pero se repetía una y otra vez que era imposible que realmente quisiera decir eso. – Somos amigos, es normal que nos queramos.

- No, Blue. Eres una mujer encantadora y preciosa y te quiero. – Aquellas palabras abandonaron la boca de Black con tanta seguridad que hicieron que se estremeciera. Notaba como las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos.

- ¿Cómo vas a quererme, idiota? Si con lo guapo que eres podrías salir con alguien normal. – No sabía porque había dicho esas palabras que hirieron a ambos en el mismo momento que salieron de su boca. Agachó la cabeza avergonzada, incapaz de ver el dolor en su rostro.

- No pasa nada si no me quieres, solo quería que lo supieras. - Dijo finalmente dándose la vuelta para mirar otra vez por la ventana. Blue no necesitó nada más para levantarse y abrazarle.

- ¿Cómo no voy a quererte? Aunque seas un poco tonto, sigues siendo el hombre de mis sueños. – Con un suspiro de alivio se dio la vuelta y la envolvió en sus brazos. Sonriéndole, cogió el pasador de su mano y se lo colocó en el pelo, acariciándolo como si fueran hilos de oro azul. Entonces la besó a la luz de la luna que entraba por la ventana. Todo era nuevo para ellos, pero a la vez era como si hubieran estado así toda la vida.

- Chicos, os dije que vinierais a la puerta. – Una voz monótona a sus espaldas les sacó de golpe del encantamiento.

- ¡Bio! Que bien, ya podemos irnos. – Dijo nerviosa mientras corría a recoger su mochila. En un susurro, tan rápido que Black pensó por un momento que sólo lo había oído en su mente, Bio le dijo “cuida bien de ella”.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Proyecto adictos: ficha de personaje

Bueno, este es el primer proyecto en el que participo del grupo adictos a la escritura ^_^ Había que crear un personaje y decidí darle forma a una idea que se me había ocurrido a principio de mes. Ha sido raro e incluso un poco difícil. A mi me encanta crear personajes, pero normalmente empiezo con una idea muy básica y cuatro características y realmente voy creando el personaje conforme voy escribiendo sobre él. Así que tener a la encantadora Blue lista sin escribir sobre ella ha sido raro, aunque imaginarme varias escenas de su vida cotidiana me ha ayudado bastante.
Eso sí, ahora mismo no tengo ni idea de que relato voy a escribir sobre ella... En fin, aquí parece un poco largo, pero juro solemnemente que en word era una página justa.


Nombre: Blue (es un apodo, pero nadie que le quiera le llama por su nombre de pila).
Edad: 17

Sexo: Chica (nacida con cuerpo de chico).

Estatura: 1’75

Complexión: Delgadita.

Pelo: Su color natural es negro, pero le gusta tintárselo de azul. Lo lleva largo, un poco más allá de los hombros.

Ojos: Azules claros y grandes.

Atuendo: Le gusta llevar ropa azul y negra, con bastante influencia gótica. Prefiere las faldas y los vestidos a los pantalones, por lo que sólo los lleva en el instituto (llevan uniforme) y en casa, cuando están sus padres (que son bastante “tradicionales”). Le gustan mucho los motivos de mariposas y tiene un pasador de pelo con una mariposa azul que adora y que suele llevar puesto, ya sea en el pelo o como broche en su ropa.

Personalidad: Es una chica muy dulce, adorable y terriblemente sensible. Es incapaz de ver a alguien sufrir y no hacer nada por ayudar, incluso aunque sea alguien que le haya hecho daño. Esta parte de su personalidad le da rabia a ella misma, le gustaría poder desearle el mal a la gente que se lo ha hecho a ella para no sentirse tan tonta.

Es muy inteligente, pero le cuesta concentrar su atención en una sola tarea durante mucho tiempo, por lo que sus notas en el instituto son más bien normalitas.

Es de naturaleza extrovertida y valiente, pero la vida le ha enseñado que número de personas en las que puede confiar es muy limitado y que es mejor ser prudente (rayando el miedo) con el resto, así que puede parecer tímida o incluso borde con los desconocidos, pero con la gente en la que confía se muestra siempre alegre y habladora.

Ante los desconocidos le gusta aparentar ser fría y calculadora, para parecer más fuerte de lo que realmente cree que es. Es su forma de protegerse de la gente que no conoce.

Le encantan los animales, sobre todo los perros, y le encantaría tener un perro-lobo de mascota, aunque como ahora vive en un piso con sus padres no puede.

Odia el alcohol en general y la cerveza en particular, sólo bebe agua y refrescos naturales varios. Adora la comida picante y mucha gente se sorprende al ver como puede comer tranquilamente comida que hace que otros echen fuego por la boca.

Pasado: Siempre ha tenido una vida aparentemente normal, aunque desde pequeña sabía que era diferente al resto de niños, pero no sabía por qué. Lo que más marcó su vida fue el conocer a la que ahora es su mejor amiga, Violet (también conocida como Bio) ya que gracias a ella se dio cuenta que no tenía sentido el daño que se estaba haciendo a sí misma solo por no querer reconocer que era una mujer. Sin embargo, aunque consiguió reconocerlo para sí misma, seguía siendo incapaz de comportarse como realmente era. Además, el resto de chicos solían acosarla e incluso pegarle y Violet no podía estar con ella para protegerla. Lo segundo que más marcó su vida fue conocer a los gemelos Black y Red, sus primeros amigos de su edad y sus “guardaespaldas”. Por una parte, gracias a ellos empezó a sentirse más segura de sí misma (y más segura en general) y a vivir su vida tal y como quería. Por otra, conoció por primera vez lo que era amar a alguien y ser correspondida y su relación con Black es conocida incluso en el instituto (los únicos que no saben nada son los padres de Blue).

martes, 31 de agosto de 2010

Bajo la luz de la luna...

Esta es un escena de la novela que estoy escribiendo ahora mismo. Es de una parte algo más avanzada de la novela que por la que estoy escribiendo, pero cuando se me ocurrió tuve que escribirla. Hace poco me acordé de ella y tras haberla revisado un poco he decidido subirla aquí, que el pobre blog lo tengo un poco parado (y no porque no escriba, sino porque me parece que lo que he estado escribiendo no es lo suficientemente bueno para subirlo. Tengo que quitarme esos miedos de encima). La historia en general trata de Lyan, un chico que ha sido elegido próximo Sumo Sacerdote de su tribu, y Dane, un muchacho que vivía una vida normal en un pueblo cualquiera hasta que un oráculo decidió que debía ser el rey de la tribu que he mencionado antes (que, por cierto, ni siquiera conocía).

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BAJO LA LUZ DE LA LUNA


Antes de que se dieran cuenta la noche ya había caído sobre ellos. Habían apurado hasta el último segundo de luz para adentrarse aún más en el bosque, pero era hora de buscar un claro y descansar. El bosque ya era lo suficientemente peligroso en pleno día y no querían arriesgarse absurdamente en medio de la oscuridad. Apenas podían ver el suelo que pisaban y, sin embargo, Lyan lo guiaba con paso firme, sin dudar ni un segundo dónde poner sus pies. Cada vez había más árboles y Dane empezaba a preguntarse si esa "intuición" del muchacho les iba a llevar a un callejón sin salida cuando, de repente, el bosque se abrió ante ellos. El claro era pequeño y los árboles estaban tan cerca que les hubiera sido imposible encender un fuego sin provocar un incendio, pero era más que suficiente para pasar la noche. Aunque aún quedaban algunas semanas para el inicio del verano, ya no hacía tanto frío como para necesitar una hoguera.
Dane ya había dejado su mochila en el suelo y se disponía a sacar algo de comida cuando se dio cuenta de que Lyan se encontraba algo ausente, mirando un punto fijo en mitad de los árboles que los rodeaban.
- ¿Ocurre algo? – Estaba algo preocupado. Desde que habían entrado en ese bosque Lyan parecía pasar más tiempo con la cabeza en las nubes que en la tierra. El muchacho le miró, como si sus palabras le hubieran sacado de algún trance. Dane le puso las manos sobre sus hombros. − Puedes contármelo, sea lo que sea. – Lyan miró al suelo y apretó los labios, en un gesto que siempre hacía cuando dudaba entre contarle algo o no. Era en momentos como este en los que Dane se daba cuenta de que sus vidas habían estado separadas por muchas más cosas que un montón de kilómetros. Había tantas cosas que Lyan sabía y daba por sentadas, pero que a él le sonaban a cuentos de hadas. Ambos habían hablado y habían decidido que Dane tenía que saber todo aquello, especialmente si iba a casarse con él y a ser parte de su pueblo, pero Lyan aún parecía tener miedo a que no pudiera entender algunas cosas. Finalmente suspiró.
- Este bosque está lleno de hadas. Están muy contentas porque hacía tiempo que no veían a ningún humano que pudiera hablar con ellas. – Le explicó brevemente. Dane estuvo tentado de reaccionar con incredulidad, pero sabía que eso era exactamente lo que Lyan temía. El muchacho no soportaba que se rieran de él. Así que decidió seguirle el juego.
- ¿Puedes verlas? ¿Es un don especial de tu pueblo o algo así?
- Todo el mundo podría verlas si quisiera. Es triste que hoy en día, incluso en mi propio pueblo las vea tan poca gente. – Estaba algo cabizbajo, pero de repente le miró a los ojos con un nuevo brillo en ellos. - ¿Tú nunca las has visto? ¿Ni siquiera cuando eras niño?
- No…
- Hay gente que dice que todos los niños pueden ver a los espíritus que viven a nuestro alrededor, pero que luego pierden esa habilidad para siempre. Eso no es cierto. Verlos no es ninguna habilidad especial, por lo que no se puede perder. Y menos para siempre. - Le explicó apresuradamente. Una sonrisa deslumbrante alumbró su rostro. - ¿Quieres verlas?
- No sé, Lyan. - Dane era un hombre racional. Él no creía en hadas ni en espíritus. Aunque realmente existieran, él seguramente sería la última persona en poder verlas.
- Ven conmigo, no tengas miedo. – Lo único que le daba miedo era decepcionar al joven moreno, tener que ver una vez más esos ojos tristes. Como si pudiera leerle los pensamientos, le sonrió tranquilizadoramente. - No pasa nada si no los ves.
- Está bien. – Hacía ya tiempo que se había dado cuenta de que le era imposible negarle nada a ese muchacho. Sonriendo, le cogió de las manos. Ladeó un poco su cabeza, escuchando atentamente voces que él no podía oír.
- Escucha, están cantando. Busca esta canción en el aire. – Tarareó suavemente una melodía sencilla, repetitiva y, a la vez, hermosa. Dane intentó escuchar esa melodía en otra voz que no fuera la de Lyan, de verdad se esforzó, pero le era imposible. Tan sólo podía oír el silencio del bosque y la maravillosa voz de su prometido. Nada más. Lyan se estaba dando cuenta y ya había dejado de tararear.
Sin embargo, no se soltaron las manos. La luna llena iluminaba sus rostros y Dane no podía apartar la mirada de esa piel blanca como la porcelana, de los ojos verdes más hermosos que había visto nunca. Sin pensar en lo que hacía, le besó. Esa era la única magia que él conocía y no la hubiera cambiado por nada del mundo. Esos labios suaves contra los suyos, esas pequeñas manos en su espalda... no entendía como había podido vivir tantos años sin ellos. Cuando estaban juntos el mundo a su alrededor parecía desaparecer. Una dulce melodía resonaba en sus oídos, como un susurro. Pensó que debía de estar volviéndose realmente ñoño. Sin embargo, aquel sonido no sólo no desapareció, sino que cada vez se hacía más fuerte. Separándose lentamente de Lyan abrió los ojos.
A su alrededor, brillando como luciérnagas, flotaban en el aire una especie de criaturas vagamente parecidas a un humano muy, muy pequeño. No era agradable mirarlas, pero sus voces eran dulces y calmaban el espíritu. Dane miraba boquiabierto a su alrededor. Al darse cuenta de que ese humano podía verlas, todas aquellas criaturas pararon de cantar y empezaron a reír y a revolotear a su alrededor.
- ¡Bienvenido, nuevo rey del bosque! ¡Bienvenido, domador de bestias! - Gritaban sin parar cosas sin sentido como esas.
- Ves, hasta el más incrédulo puede verlas cuando deja de mirar con los ojos. - La mirada de Lyan era una mezcla entre un “ya te lo había dicho” y un orgullo que se reflejaba en su enorme sonrisa.

martes, 10 de agosto de 2010

Personajes nuevos...

... que no me dejarán seguir con mi novela en paz hasta que les preste un poco de atención. Como primera entrada quería presentar a mis cuatro personajes "nuevos". Las comillas son porque en realidad hacía algún tiempo que rondaban en mi cabeza como pequeños esbozos sueltos, pero hace poco, de repente, no solo tomaron cuerpo sino que además decidieron unirse. Lo peor es que no son personajes cualquiera, sino que pertenecen a mi segundo mundo de resina. A uno de ellos ya lo tengo en muñeco:



Este simpático muchachote es Cíaran, un muchacho irlandés de casi 18 años que vive solo (sus padres trabajan en el extranjero), va al instituto y, para pagarse sus caprichos, trabaja tres noches a la semana de camarero en un bar.
A su clase asiste Amir, un muchacho que le saca de quicio tanto como le quita el sueño. El pobre solo es un joven simpático, extrovertido y amante del rugby que ha tenido la mala suerte de poner sus ojos sobre cierto pelirrojo.
Un día en la biblioteca, Cíaran conoció a una extraña chica de pelo rosa y ropa de todos los colores imaginables llamada Nakuru, de quien se hizo amigo... sin saber que era la hermana mayor de Amir.
Más tarde conoció al tercero de los hermanos, el mayor de todos, Lucien. A sus 23 años, este joven que siempre anda travestido está casado con el que ha sido su amigo de toda la vida. Al contrario que sus hermanos, tiene un carácter tranquilo y reflexivo (que para nada quiere decir que se pase el día sentado, al contrario).

Hechas las presentaciones, me gustaría postear estos 5 drabbles que escribí con ellos para mostrar un poco su personalidad. Los temas los saqué del meme de 5senses, pero con la segunda lista de palabras. ¡Espero que os gusten!


1. Thought (Pensamiento)
A él nunca le había costado pensar, de hecho siempre estaba dándole vueltas a algo en su cabeza. Lo difícil era poner en orden sus pensamientos. A lo largo de los años, Cíaran se había acostumbrado a esto y ya casi no le molestaba. Lo único que tenía que hacer cada vez que necesitaba pensar en algo importante era tener una libreta a mano. Sin embargo, ahora estaba realmente molesto. Lo único que quería era leer un libro tranquilamente, ¿por qué la sonrisa de Amir tenía que ocupar su mente cada vez que lo intentaba?

2. Love (Amor)
Nakuru entendía muy bien los colores. Eran lo que más le gustaba en el mundo. También entendía los sonidos y algunas otras cosas menos importantes. Sin embargo, el amor era algo que no podía comprender. Podía sentir algo, de eso no cabía duda: Nakuru adoraba a sus padres y a sus dos hermanos; pero ellos y el resto de gente que conocía sentían algo que ella no era capaz: el amor más allá de la familia y la amistad. Esto no la apenaba, ni le hacía sentirse rara, sino que despertaba en ella una terrible curiosidad.

3. Movement (Movimiento)
Uno de los deseos imposibles de Lucien era que los días durasen, al menos, un par de horas más. Desde que se levantaba tenía la sensación de estar siempre en constante movimiento. Ya en sus días de estudiante le era imposible estar quieto más de dos minutos seguidos y ahora que era un hombre casado era incluso peor. Aparte de su trabajo, siempre había algo que limpiar, comprar o cocinar. Lucien adoraba tener excusas para estar todo el día de arriba para abajo. Sin embargo, lo que más le gustaba era dejar pasar el tiempo en brazos de su marido.

4. Laughter (Risa)
La risa de Amir era muy bien conocida por todos, ya que era tremendamente sencillo arrancarle una carcajada al muchacho. Hasta las bromas más absurdas le hacían gracia, lo que a su vez provocaba que toda la gente a su alrededor riera con ganas. Sin embargo, ninguno de sus amigos se había dado cuenta de que jamás le habían visto sonreír de verdad hasta ese día. Cuando Amir cruzó su mirada con la de aquel pelirrojo, Cíaran, sus labios se curvaron en la sonrisa más dulce y sincera que jamás habían visto.

5. Memory (Recuerdo): Aunque no salga la palabra, la historia en sí es el mejor recuerdo de Lucien.
“Espero que te guste”, le dijo el muchacho, rojo hasta las orejas, mientras le entregaba el paquete. Lucien le miró extrañado. No era su cumpleaños ni nada parecido. Cuando vio el contenido él mismo se puso colorado. "Si no te gusta o no te queda bien...". "No", le interrumpió inmediatamente, "me encanta, es precioso, pero no tenías porque hacerlo". “Sólo… quiero que seas feliz”. Aquella falda y camiseta no podían ser muy caras, pero Lucien no podía dejar de pensar que era el mejor regalo que jamás le habían hecho.

Nuevo blog...

... que espero mantener -_-. Mi trayectoria con los blogs no ha sido muy buena hasta ahora, aunque espero que si me centro en algo concreto escriba mas cosas. En un principio abro este blog para la que es mi mayor afición: la escritura. Como el título dice, aquí hablaré, presentaré y demás a todos esos extraños seres (a veces humanos, a veces no) que rondan por mi cabeza y que normalmente llegan para no marcharse (incluso después de haber escrito sobre ellos).
Supongo que una breve presentación tampoco estaría de más. Soy Riwanon, como lo he sido en internet desde hace ya bastantes años, estudiante de Traducción e Interpretación e intento de escritora a tiempo parcial. Mis grandes aficiones son el manga, los videojuegos, la escritura, la lectura y las BJDs (Ball Jointed Dolls) y mis libros favoritos son todos los que salgan de las manos de Lynn Flewelling (y entre estos, mi favorito es el tercer libro de la saga Nightrunner, "Traitor's Moon" o, en español, "La Luna del Traidor").
Ahora mismo tengo un par de WIPs, aunque realmente sólo estoy trabajando en uno de ellos porque el otro llegó a agobiarme muchísimo. Pero sobre todo esto ya iré contando más cosas conforme vaya avanzando.