miércoles, 20 de octubre de 2010

Adictos a la escritura: Creación de personaje 2

No me puedo creer que esté posteando mientras hago la comida a estas horas de la mañana -_- en fin, la vida del estudiante. ¡Vamos a cosas más divertidas!
Blue. Alguien intentó advertirme de que sería un personaje difícil, pero como siempre yo dije "no, que va"... hasta que me tocó escribir y me di cuenta de que no tenía ni idea de que escribir con ella. Pensaba escribir sobre cuando Blue conoce a Black, pero esa escena tenía e invitaba mucho al dramatismo y estoy cansada de que todas las historias que he visto sobre transexuales sean dramones. Yo quería algo más feliz, alguna escena de la vida cotidiana. El problema con esto era que claro, si en un relato no ocurre nada es bastante complicado de escribir. Así que al final he optado por una especie de opción intermedia. Hay un diminuto toque de drama y, aunque los personajes no están en una situación típica de la vida cotidiana de cualquier persona, si que hay alguna muestra de cotidianidad. Sin más, os dejo con el relato, ¡espero que os guste y poder leer pronto (mañana) los vuestros!

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ORO AZUL

La luz se apagó de repente y, aunque no podía verle la cara, Blue sabía perfectamente que Black estaba pensando que no debía de haberse dejado llevar por las circunstancias tan fácilmente. Ella fingía estar tranquila por su bien, pero no podía evitar sentir el cosquilleo del miedo en su estómago. Era cierto que no era la primera vez que se quedaba atrapada en un sitio en el que se suponía que no debía de estar, pero siempre había estado con Bio. Quedarse encerrada con una ex-espía profesional le daba cierta seguridad que no podía darle un chico de su misma edad, por muy guapo y amigo suyo que fuera.

- ¿Ahora qué hacemos? – Le preguntó Black intentando inútilmente disimular su miedo.

- Esperar instrucciones, enseguida vendrán a recogernos. – Le contestó mientras sacaba su móvil. Les habían dejado el trabajo a ellos, pero sabía que si le mandaba un mensaje de socorro a Bio, su amiga estaría preparada para ir corriendo a rescatarlos.

- Tienes mucha confianza en esa chica de pelo lila. – Dijo el chico distraídamente mientras se sentaba en el suelo, aunque no pudo evitar que su voz sonara algo tensa. ¿Qué era eso? A Blue le había parecido escuchar algo en su voz que en cualquier otra circunstancia habría identificado rápidamente como celos. Sin embargo, sabía que tenía que ser muy tonta para creer que un chico como Black pudiera estar celoso por ella. Los chicos guapos y simpáticos no se enamoraban de las chicas transexuales y eso ya lo había aprendido por las malas.

- No sería la primera vez que me saca de una situación así. – Contestó como si no hubiera escuchado nada raro, sentándose a su lado con cuidado de que no se le subiera la falda. Le encantaba llevarla, pero aún no la tenía del todo dominada y tenía que andarse con cuidado. “Espero que Bio llegue prontó”, pensó. No sabía por qué, pero, de repente, se sentía incómoda estando a solas con él. Estaba segura de que Black ya se había arrepentido de haber venido con ella. Parecía una misión sencilla, pero ahora estaban encerrados en un instituto por un corte eléctrico que nadie podía haber previsto. ¿A quién se le habría ocurrido fabricar un edificio con puertas y ventanas que solo se abrían con electricidad?

La razón por la que estaban en un instituto futurista en mitad de la noche era sencilla. Bio trabajaba como camarera para Gold, amiga y salvadora de ambas. Extraoficialmente también se encargaba de pequeños trabajos al margen del bar. Eran cosas sencillas y no demasiado ilegales, al menos las que Blue conocía, que eran en las que le dejaban participar. Solo se trataba de cosas como encontrar a algún perro perdido o, en este caso, recuperar unos libros robados.

Un pobre chico les había pedido que recuperaran sus libros del instituto, que algún idiota de su clase había robado simplemente porque le había parecido divertido. Aparentemente nadie iba a mover un dedo por él, así que Blue no había tenido muchas opciones. Tenía que ayudarle, a ella también le hubiera gustado que alguien le hubiera tendido una mano mucho antes. El caso es que Black estaba presente y, por alguna razón, insistió en acompañarla. Apenas se habían conocido dos semanas atrás, pero en unos pocos días eran ya amigos inseparables.

- Eh, ¿estás bien? – Le preguntó preocupada. Era raro que Black estuviera tanto tiempo sin abrir la boca.

- S… sí, ¿por qué preguntas?

- Es que estás temblando, ¿tienes frío?

- Un poco. – Sabía que era mentira, a menos que el chico fuera extremadamente friolero y ella no se hubiera dado cuenta antes. Aún así, sin pensárselo dos veces, se acercó más a él y le abrazó. Los abrazos estaban permitidos, ¿verdad? Era su amigo y era lo mínimo que podía hacer por él. Sintió como el cuerpo del chico se tensaba ante el repentino contacto, pero también como rápidamente se relajaba entre sus brazos. Black le devolvió el abrazo y apoyó su cabeza en el hombro de Blue.

- ¿Mejor así? – Le preguntó con una voz tan tierna como si le estuviera hablando a un gatito pequeño.

- No sabes cuanto, princesa. - La chica no pudo evitar sonrojarse. El mismo día que se conocieron le contó que, en realidad, era una chica. Desde entonces, a la más mínima oportunidad le soltaba algún piropo de ese estilo, pero aún no había conseguido acostumbrarse. Al principio incluso le enfadaba que le dijera esas cosas, aunque no le quedó más remedio que aprender a disfrutar de ello. Black no iba a dejar de decirle “preciosa” o “princesa” por nada del mundo. El repentino sonido del móvil los sacó a ambos de ese momento de tranquilidad, aunque no por ello rompieron su abrazo.

- Bio viene ya, dice que vayamos a la puerta trasera. – Le informó, intentando que no notase en su voz la decepción que sentía. Esperaba poder pasar sólo un ratito más así con él. Aún así, los dos siguieron sin moverse.

- Mmm… ¿cuánto crees que tardará? – Preguntó Black mientras miraba el techo pensativo.

- Por lo menos la media hora andando que hay desde el bar, quizá un poco más. - Respondió, dejando claro en el tono de su voz que le encantaría que fuera un poco más. Sabía que Black estaba pensando en algo y ella no iba a ser quien lo detuviera.

- Está bien, creo que tengo tiempo. – Su voz parecía tener tintes de derrota, pero sonreía casi triunfante. Blue no tenía ni idea de que podía estar pasándole por la cabeza. Lentamente, casi como si le doliera, se separó de ella para rebuscar a ciegas en su mochila. No parecía encontrar lo que fuera que estuviera buscando y cada vez se estaba poniendo más nervioso. A Blue le pareció encantador como intentaba parecer calmado cuando estaba claro que cada vez estaba más inquieto. Sonriendo, se acercó para iluminarle el contenido de la mochila con su móvil. El chico se volvió para agradecérselo con una sonrisa antes de volver a su tarea.

- ¡Ajá, aquí estás, maldito bastardo! ¡Nadie puede esconderse de mí! – Una de las cosas que Blue adoraba de Black era que siempre conseguía hacerle reír, incluso en situaciones como aquella. Sin embargo, la mirada del joven cambió de un momento a otro, poniéndose mucho más serio de lo que nunca lo había visto. Durante un segundo intentó mirarla a los ojos, pero al final desvió su vista a la luna que les iluminaba a través de las ventanas.

- Toma, esto es para ti. – Le dijo mientras le tendía un pequeño paquete. En el poco tiempo que se conocían, a Blue le había quedado claro que a Black le gustaba hacer regalos porque sí. La misma ropa que llevaba puesta había sido un regalo suyo apenas un par de días después de conocerse. Abrió con cuidado el envoltorio para revelar un precioso pasador azul en forma de mariposa. Sintió como se le encogía el corazón y las palabras se negaban a abandonar sus labios.

- No digas nada. – Dijo cuando abrió la boca para intentar darle las gracias. – Una dama como tú se merecería un anillo de diamantes, pero pensé que esto te gustaría más.

- ¡Claro que sí, tonto! ¿Quién querría unos absurdos diamantes?

- Sh. – Volvió a callarle mientras miraba la pared con el ceño fruncido. Después de unos segundos de concentración relajó sus músculos y suspiró. – Ves, ya no me acuerdo por donde iba.

- ¿Me estás dando un discurso? – Le preguntó la chica con una sonrisa burlona.

- Para, esto es importante y quería hacerlo bien, por eso... - Empezó a farfullar.

- Venga, Black. Somos amigos, ¿no? Si tienes que decirme algo, dilo sin más. – Aún así, el chico se quedó mirando el vacío mientras Blue se ponía cada vez más nerviosa. ¿Qué era eso tan importante que tenía que decirle y por qué no se lo decía ya? Lentamente, Black se levantó… para mirar la luna a través de las ventanas. – Black, yo no quiero meterte prisa ni nada, pero me estás poniendo de los nervios.

- Jeje, perdona. – Finalmente se volvió con la sonrisa más hermosa y sincera que jamás había visto en su vida. – Te quiero.

- Menuda novedad. – Respondió rápidamente Blue, intentando quitarle dramatismo a la situación. Por un segundo su corazón había dejado de latir, pero se repetía una y otra vez que era imposible que realmente quisiera decir eso. – Somos amigos, es normal que nos queramos.

- No, Blue. Eres una mujer encantadora y preciosa y te quiero. – Aquellas palabras abandonaron la boca de Black con tanta seguridad que hicieron que se estremeciera. Notaba como las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos.

- ¿Cómo vas a quererme, idiota? Si con lo guapo que eres podrías salir con alguien normal. – No sabía porque había dicho esas palabras que hirieron a ambos en el mismo momento que salieron de su boca. Agachó la cabeza avergonzada, incapaz de ver el dolor en su rostro.

- No pasa nada si no me quieres, solo quería que lo supieras. - Dijo finalmente dándose la vuelta para mirar otra vez por la ventana. Blue no necesitó nada más para levantarse y abrazarle.

- ¿Cómo no voy a quererte? Aunque seas un poco tonto, sigues siendo el hombre de mis sueños. – Con un suspiro de alivio se dio la vuelta y la envolvió en sus brazos. Sonriéndole, cogió el pasador de su mano y se lo colocó en el pelo, acariciándolo como si fueran hilos de oro azul. Entonces la besó a la luz de la luna que entraba por la ventana. Todo era nuevo para ellos, pero a la vez era como si hubieran estado así toda la vida.

- Chicos, os dije que vinierais a la puerta. – Una voz monótona a sus espaldas les sacó de golpe del encantamiento.

- ¡Bio! Que bien, ya podemos irnos. – Dijo nerviosa mientras corría a recoger su mochila. En un susurro, tan rápido que Black pensó por un momento que sólo lo había oído en su mente, Bio le dijo “cuida bien de ella”.

11 comentarios:

  1. Pues te ha quedado bien, es entretenida e interesante. Qué bonito es el amor... con la intro que le hiciste me esperaba un drama pero no, tiene final feliz :)

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  2. Opino lo mismo que Laura, esperaba un dramatico final, pero no, al menos eres como yo que le gustan los finales felices.
    Me gustó el desarrollo de tu relato. Un saludo.

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  3. Uiiii;D

    me ha gustado y mucho. El amor no entiende de colores y olores, jajaj, y siempre se encuantra el amor, siempre;D

    Me gustó mucho la situación, y creo que tanto lo gracioso como lo emocionante y romántico, ha estado en su justa medida;D

    Me encanta Blue;D y solo te reagaño una cosa:
    Conocer más de Bio, jajaja;D

    kisses,D

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  4. Desde que leí la ficha de tu personaje, me he estado preguntando qué historia podías darle. Y la verdad es que me ha gustado mucho tu relato. Es muy triste, pero está muy bien escrito.

    Beso!

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  5. Me ha gustado el relato!!! A pesar de que el momento es algo tenso, le metes el puntillo de humor que hace que no dé miedo seguir leyendo. Qué rico es Black!!

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  6. yo tampoco sabía por donde iría el relato pero te ha quedado bastante bien. saludos

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Una historia curiosa, bien escrita, bien desarrollada. Felicidades.

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  9. La verdad que se te da muuy bien escribir, muy bien redactada, y muy comprensible, te felicito me ha gustado mucho.

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  10. Y...al final encuentra el amor..que bonito! Un beso

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